Muchos son los argumentos que se han empleado, desde perspectivas religiosas y creacionistas, para intentar contradecir a Darwin. Sin embargo, los últimos 150 años de desarrollo de la biología han servido para confirmar sus teorías. Este documental de National Geographic expone algunos de los argumentos y pruebas que apoyan la Teoría de la Evolución: a diferencia de lo que se pensaba, el fenómeno de la vida es muy antiguo, lo que ha quedado verificado por la datación del registro fósil; las especies surgen a partir de formas más simples como ha justificado el hallazgo de seres vivos transicionales; y muchos descubrimientos botánicos y zoológicos demuestran que la selección natural es uno de los mecanismos fundamentales de la evolución. En el debate entre creencias y dudas, los últimos descubrimientos científicos como los de la genética también dan la razón a Darwin.
Presentación del documental y moderación del debate:
Un vistazo al documental en muy baja calidad
Muy abundantes fueron los obstáculos a los que tuvo que enfrentarse Darwin durante el proceso de escritura de El Origen de las Especies. En primer lugar la propia complejidad de la obra que estaba construyendo, que requería laboriosos argumentos y pruebas. En segundo término, el presumible rechazo de gran parte de la sociedad de la época, que no estaba preparada para asumir ideas tan revolucionarias. En tercer lugar, las creencias personales de su esposa, muy difíciles de conciliar con el trabajo del naturalista. Y, finalmente, la dura tragedia familiar que le tocó vivir, cuando estaba culminando su obra. Mucho se ha especulado sobre cuáles de estas circunstancias, unidas a su mala salud, llevaron a Darwin a debatirse entre dudas y creencias en la elaboración de uno de los libros más importantes de la historia de la ciencia.
Más difícil de asumir, para algunas personas, que el origen de los seres vivos por evolución es el singular caso del surgimiento de la especie humana. Darwin lo defendió en su época, y paleontólogos e historiadores lo han ido confirmando mediante el estudio del proceso de hominización. El caso del hombre es especialmente complejo al estar entretejido con múltiples aspectos culturales, sociales y simbólicos. Estas fueron las circunstancias que rodearon al descubrimiento de las primeras pinturas rupestres de Altamira. El santanderino Marcelino Sanz de Sautuola quizá se apresuró al proponer que la inteligencia humana procedía del hombre prehistórico. Pero sus creencias no sólo se enfrentaron con la Iglesia española del momento sino incluso con la comunidad científica de su tiempo. Su hallazgo (realmente el de su hija), que cambiaría la concepción del ser humano, se vería dramáticamente envuelto por el radical debate entre creación y evolución.
¿Qué sucedería si una experiencia personal pone en duda las creencias evolucionistas de un científico? En ocasiones los seres humanos, y entre ellos los que se dedican a la ciencia, tienen que solucionar sus conflictos entre razón y emoción. Esto es lo que le habría ocurrido al genetista que protagoniza este relato y que estaba investigando el complejo proceso de formación del ojo. El funcionamiento y la estructura de este órgano habían sido la base de uno de los argumentos fundamentales que habían esgrimido los creacionistas para defender la necesidad de Dios. Pero, mientras nuestro protagonista lograba el éxito intelectual de explicar el origen de la visión, su vida se vería truncada por el drama. Será la propia ciencia quien lo lleve a realizar un descubrimiento en su vida personal contrario a sus creencias. De tal forma, que el surgimiento de la duda lo llevará a una segunda búsqueda en la que evolución y creación aparecerán enfrentadas, pero inevitablemente entremezcladas.
Fundación Canaria Orotava de Historia de la Ciencia