La clase alta
“La gente rica es muy reacia a salir de su tierra, puesto que no siente la menor curiosidad de viajar y ver el mundo. Muy pocos de ellos viajan a España, incluso a Canaria, salvo cuando se ven obligados a asistir a los pleitos que tienen allí. Un hacendado que sea dueño de unos pocos acres de tierra, una docena de ovejas, un par de burros y un camello, prefiere vivir aquí toda la vida comiendo gofio que irse a la aventura a las Indias para mejorar su fortuna en el comercio o en cualquier otra actividad, e incluso piensa que tomando parte en tal empresa se deshonra para siempre a sí mismo y a su familia. Y sin embargo, no se avergüenza de oprimir a los campesinos pobres y de engañar o aprovecharse de los forasteros con el fin de mantener lo que en estas islas llaman rango y que entre la clase de gente acomodada que describo consiste exclusivamente en no trabajar o en recorrer montado en burro una corta distancia acompañado de un criado harapiento, en lugar de hacerlo a pie. Estos son los detalles con los que se distinguen del pueblo llano.”
George Glas, 1764
Traducción de Francisco Javier Castillo y Carmen Díaz Alayón