Carta a J. W. Dawson, 1858
Londres, febrero de 1858
[…] Entonces fui a Nápoles y Catania y volví a inspeccionar el Vesubio, que estaba en plena actividad, y el Etna, muy alterado desde que estuve allí en 1828, especialmente en el Valle del Bove.
Mis convicciones, derivadas de las primeras visitas, a favor del origen de estas montañas a partir de una serie de erupciones y contra la teoría de los cráteres de elevación de von Buch, se han visto totalmente confirmadas. Estoy escribiendo un artículo sobre el tema para la Royal Society.