Carta al profesor Oswald Heer, 1856
Londres, abril de 1856
[…] Me alegra mucho su discusión sobre la antigua Atlántida, tema sobre el que he preparado algunas observaciones, especialmente en relación a las conchas fósiles y actuales. Los señores Lowe y Wollaston estuvieron siete meses acampados en Madeira y Porto Santo, no hace mucho. Han decidido que Helix pisana no es realmente fósil, aunque yazga blanqueada y muerta en lo alto de Caniçal y del depósito conchífero de Porto Santo. Creen que llegó a la isla con el hombre. Además, no aceptan ninguna concha europea como realmente fósil, excepto Helix lapicida en Porto Santo, ahora desaparecida de Madeira como especie viva. Han encontrado Helix tiarella viva en el norte de Madeira, pero estos y otros descubrimientos no alteran los datos sobre los que usted ha razonado por extenso.
Le he hablado a Wollaston sobre sus Laparocerus. Tengo esperanzas de que Mr. Bunbury encuentre todavía algunas novedades que comunicar respecto al tema de las especies, aunque él y el Dr. Hooker son muy timoratos identificando especies en comparación con usted. Los especímenes del fósil Myrica faya que ha dibujado no se hallan en estrecha relación con ninguna de las variedades de dicha planta que Mr. Bunbury trajo de Madeira y Tenerife.
Tenemos muchos más especímenes de Woodwardia que ustedes, y mejores, y espero que recordará que Mr. Bunbury reconoció esta planta en mi artículo de 1854 al que usted se refiere. Piensa que es W. radicans, como me permitió llamarla en aquella ocasión.
Cuando le pregunté a Mr. Wollaston si se habían generado escarabajos coprófagos o comedores de estiércol en Madeira me respondió que tales insectos ya existían en la isla y están actualmente cumpliendo su papel. Le pregunté qué comían antes de la era humana y me respondió que madera podrida, probablemente.
Sinceramente suyo, Charles Lyell