Diario - 30 de junio de 1856
Zonas volcánicas y levantamiento
Los volcanes distienden y elevan la corteza terrestre con independencia de su efecto de acreción mediante erupciones y vertidos de lava. Por consiguiente refrenan la inmersión dentro de un área limitada, pero probablemente no tengan mayor efecto en detener el hundimiento de grandes áreas o acelerar su ascensión. La acción del calor subterráneo y la del vulcanismo pueden ser la causa a gran escala de los lechos oceánicos y de los continentes, pero los volcanes de superficie pueden ser ineficaces, excepto como agentes locales. Por tanto, si una zona se está elevando, como Sudamérica, se elevará más alta y rápidamente en los Andes si hay volcanes allí. Si se estuviera hundiendo en el Pacífico o en el Índico no lo haría tan profundamente, ni se sumergiría tan completamente, de haber allí volcanes activos, pero alrededor de tales bocas volcánicas habría un mar profundo tan pronto como saliéramos de la zona local y limitada de influencia volcánica.
Sicilia puede haberse levantado en el Plioceno más reciente, incluso sin la ayuda del Etna. La zona donde se halla el gran volcán se ha elevado más arriba de lo que habría estado si no hubiera lava allí, pero quizá no toda la parte que está tan alta como Castrogiovanni.
Siempre me ha parecido una dificultad reconciliar dos hechos de la teoría de Darwin sobre las áreas coralinas y volcánicas, a saber, que los volcanes son el poder elevador y que casi todas las islas en medio de los grandes océanos son volcánicas, mientras que no hay muchos de ellos activos, ni un extraordinario número de volcanes del Terciario en las zonas continentales.
Si suponemos un poder subterráneo indiferente al sitio casual de su erupción superficial, que eleva algunas áreas extensas y hunde otras, el efecto será que encontraremos algunos volcanes en islas grandes, como Java y Sumatra, y algunos en continentes, como en México; pero si a pesar de la erupción y la fuerza del vertido y la acción expansiva del calor no hallamos una coincidencia general entre los volcanes y los continentes, sino más bien lo contrario (o una conexión geográfica entre los océanos y los volcanes) entonces no puede ser correcta la idea de que los volcanes pertenecen a las áreas de levantamiento más que a las áreas de subsidencia.
Si hay crecimiento del coral habrá tres razones para las islas volcánicas, incluso en áreas de subsidencia: vertidos, levantamiento local, acumulación de materia orgánica. Hasta cierto punto las conchas suministran esta tercera causa, incluso donde faltan los corales de crecimiento lento.
En el Atlántico una cuarta parte de la altura total, como en Madeira, o algo menos en Gran Canaria (¿un sexto o un octavo?) puede deberse a levantamientos locales y por tanto encontramos formaciones volcánicas submarinas elevadas 1000 o 1400 pies, pero en el caso de Gran Canaria y de Madeira el levantamiento es posterior al Mioceno, ¿aunque la acumulación de estratos miocénicos probablemente ocurriera durante la subsidencia?
La regla de Darwin, de que los volcanes no están presentes en áreas de subsidencia, quedaría contradicha por lo arriba expuesto. El mejor argumento de Darwin es que no hay volcanes en las zonas de atolones, pero tal vez esto no debería explicarse diciendo que los volcanes extinguidos se hunden y sólo conocemos su posición por los atolones o por islas rodeadas, como sería el caso de una montaña de granito u otra cualquiera. Pero si un volcán entra en erupción en una zona de subsidencia, como en el archipiélago Friendly, se levantarán atolones cerca de los volcanes y el volcán convertirá esa zona en una de levantamiento. En cambio, si como dice Darwin, no hay volcanes activos en cien millas a la redonda de un grupo pequeño, ni atolones siquiera, entonces el levantamiento local debe alcanzar varios cientos de millas y sería extraño que el océano fuera tan profundo entre Madeira y África, para volcanes cuyo origen fue en el Mioceno.
Pongamos que las zonas de subsidencia y levantamiento sean iguales y que los volcanes estén igualmente distribuidos, aunque con la diferencia de que los levantamientos locales produzcan un excedente a favor de las de levantamiento; si a pesar de que los volcanes se hallen principalmente en áreas oceánicas ello implicara su conexión con la subsidencia, esto probaría que hay un exceso de zonas de subsidencia y por tanto los volcanes son principalmente oceánicos o insulares.
¿No sería Java una isla baja si elimináramos todos sus volcanes? Ciertamente Madeira y Gran Canaria dejarían de ser islas. El Etna no sería una parte elevada de Sicilia, ni Nápoles tan alto como la región de los Apeninos; las masas volcánicas de levantamientos recientes son, como en Ischia, tobas y lavas volcánicas subacuáticas y pueden simplemente implicar oscilaciones de 2000 pies de un banco de arena que se hunde y se vuelve a levantar. Si los movimientos de ascenso y descenso en las Canarias y Madeira han sido equilibrados entonces tendríamos la zona submarina explicada por la estratificación rocosa de las propias islas, más los restos orgánicos. Si el levantamiento hubiera sido mayor asomarían algunos viejos picos terciarios o secundarios.
Muchos de los atolones quizá no estén asentados sobre cordilleras volcánicas del Plioceno más antiguo y del Mioceno, como Mont Dor, la Francia central y Hungría.
La carta náutica de Maury, en su pliego XIV, da una profundidad de 1875 brazas entre las islas de Cabo Verde y África, entre 1000 y 6000 pies marinos entre Canarias y África, y más de 12000 pies entre Madeira y África. ¿Pueden haber estado unidas en el Mioceno? El mar entre Azores y Madeira tiene 2000 pies de profundidad o más.